Propedéutica musical

La música es un lenguaje pre-verbal antiquísimo, que nos llega directamente de la naturaleza y según algunos estudiosos en cualquiera está presente una musicalidad innata; de hecho, la primera cuna musical, en la que el niño habita durante nueve largos meses, es precisamente el vientre materno (el niño se siente protegido y arrullado por el latido del corazón de la madre, por el timbre y la entonación de su voz, por los sonidos y los ruidos del ambiente cotidiano).
En el delicado período de su crecimiento es muy importante que los niños reciban diferentes y numerosos estímulos para madurar un conocimiento progresivo de los diferentes aspectos de la realidad y que puedan experimentar de primera mano sus recursos y sus límites.
En particular, para los niños que asisten a la guardería, este aspecto es fundamental ya que atraviesan una edad evolutiva en la que comienzan a explorar con curiosidad e interés el mundo que les rodea, y a establecer las primeras relaciones significativas con personas que no pertenecen al círculo familiar.
Precisamente en esta fase especial de crecimiento, los niños son particularmente receptivos a los estímulos que reciben del exterior y comienzan a formar y experimentar sus habilidades creativas individuales.
En este sentido, la experiencia teatral resulta ser un instrumento importante para el descubrimiento de uno mismo, de la propia creatividad personal y para la interacción cooperativa con los demás.
Todo esto adquiere aún más valor dentro de la dimensión del taller, organizado según un proyecto que tiene en cuenta la edad evolutiva de los niños y gestionado de modo que puedan comenzar a aventurarse con asombro y emoción en el mundo del teatro.

Objectivos

  • Adquirir aptitudes rítmicas mediante el movimiento del cuerpo y la experimentación de objetos sonoros e instrumentos musicales apropiados
  • Mejorar los tiempos de atención y participación en la actividad musical
  • Favorecer el establecimiento de relaciones entre niños mediante la utilización de objetos mediadores
  • Valorización de la fantasía y de la expresividad mímica

Desarrollo

Bebes (0-12 mesi)

Para los lactantes comenzamos el laboratorio presentando los instrumentos en un plano meramente sensorial.
Aprendemos a conocerlos primero con la vista y luego jugando con el tacto. Descubrimos, el peso, la forma, la textura y finalmente también las características acústicas y sonoras.
Una vez que los niños se han familiarizado con los instrumentos, introduzco canciones y melodías a sus notas invitándolos a seguirme con la voz.
Este ejercicio tiene como objetivo desarrollar la lallación. De gran apoyo en esta etapa son la alfombra de colores y especialmente las bolas de plástico. Al combinar el canto con el lanzamiento de bolas, se involucran en niños de manera muy efectiva.
La duración media de una sesión es de media hora.

Medios (12-24 mesi)

Para los semidivezzos después de una fase inicial de presentación en la que, gracias a la oveja Julieta, trato de hacerlos sentir cómodos e involucrarlos en la actividad, introducimos los instrumentos musicales, el sonido que producen y, finalmente, el ruido del silencio.
Después con la ayuda de Julieta cuento una historia. En esta fase se invita a los niños a utilizar los instrumentos para acompañar el cuento con sonidos apropiados (el tambor es el paso del elefante, las maracas la serpiente, el xilófono un pajarito).
El objetivo en este caso es hacer que los niños adquieran habilidades rítmicas, mímicas y de coordinación a través del instrumento de la fantasía.
Al final de la sesión ponemos los instrumentos dormidos en la cesta mientras la oveja Julieta les agradece por haber jugado con ella.
Duración de la sesión: 45 minutos.

Grandi (24-36 mesi)

Con los grandes se traza el paño de cocina de la historia sonora, pero la participación creativa de los niños es más amplia y abarca tanto el piano musical como el teatral.
El desarrollo fino-motor de los divezzos les permite ya explorar nuevos matices expresivos del instrumento: piano, forte, lento, rápido son recientes conquistas por descubrir y saborear también gracias a la confrontación con el grupo.
Los niños participan en la construcción de la historia, el acompañamiento musical y la interpretación con mímica o actuación.
Como para los medios, la oveja Julieta es siempre un elemento central en el desarrollo de la actividad, pero esta vez más como una simple animadora, despojada al menos en parte de la fascinación hipnótica que fascinaba a los más pequeños.
Duración de la sesión: 60 minutos.

Info rapida

Dirigido a:
  • guardería
  • familias
Rango de edad:0-3 años
N° partecipantes:Max 10 niños
Duración:2 horas
Materiales:Ninguno
Espacio:Al exterior o al interior
Precio:ND
Notes: